Alemania es un país cuya historia ha tenido una fuerte influencia, no sólo en Europa sino en el mundo entero.
Alemania, el motor económico de la Europa de hoy es una nación de gran diversidad, tanto paisajística como cultural, que atrae a millones de turistas cada año. La cosmopolita Berlín, el centro financiero de Frankfurt, la imperial Múnich y los lagos, ríos, montañas y bosques que harán las delicias de aquellos que busquen la vida al aire libre.
Explora la Selva Negra
Al suroeste de Alemania, en el estado de Baden-Württemberg, se encuentra una región de bosques, ríos, lagos y montañas conocida como la Selva Negra. El territorio tiene forma rectangular y mide unos 160 km de largo por 60 de ancho, siendo el pico Feldberg, con sus 1.493 msnm el punto más alto.
La Selva Negra fue poblada por los bárbaros anteriores a los romanos y, desde entonces, el hombre ha sabido explotar las riquezas de este pulmón verde cercano al río Rin. El turismo y las plantas de energía hidráulica representan las principales fuentes de ingresos actuales. Y es que son muchos los ríos que atraviesan este paraje, que junto a sus lagos, bosques y montañas lo convierten en un lugar perfecto para el senderismo. Puedes elegir entre rutas que van desde un día a una semana.
Sin duda, el lugar natural más bello de Alemania.
2. Haz una ruta en coche por la Alemania romántica y medieval
En la década de los 50 del siglo pasado, la Alemania de la posguerra quiso luchar para volver a atraer al turista a un país que era visto en el mundo entero como la reencarnación del mal en la Tierra. Fue entonces cuando se ideó esta ruta por carretera que recorre los pueblos históricos de las provincias sureñas de Bavaria y Baden-Württemberg.
Para diseñarla siguieron, vagamente, el patrón establecido por la vieja calzada romana que recorría la zona. Alquila un coche y recorre a tu ritmo las históricas ciudades deWürzburg y Augsburg junto con las tres joyas medievales amuralladas de Rothenburg ob der Tauber, Dinkelsbühl y Nördlingen, para acabar admirando el castillo de Neuschwanstein, en los Alpes.
La mejor ruta en coche de Alemania.
3. Descubre el ambiente alternativo de Berlín
Desde los tiempos del muro de Berlín muchos intelectuales, artistas y bohemios se fueron concentrando al oeste del mismo. Algunos habían escapado del bloque oriental y otros simplemente se encontraban allí para intentar ser escuchados o ayudar a los tránsfugas.
En el siglo XXI, Berlín se ha erigido como una de las capitales europeas más alternativas y con mayor movimiento cultural. Tiene más de 170 museos y barrios como el de Kreuzberg, cercano al céntrico Mitte, atrae a artistas de todo el mundo. Cafés, bares, tiendas de discos, centros de arte, etc. Pasea por el barrio o vaga por Kastanianallee y empápate de su atmósfera cool.
4. Déjate llevar en el Carnaval de Düsseldorf
¿Quién dijo que los alemanes no saben montar una buena fiesta?. Bueno, pues quien quiera que fuera, estaba equivocado.
Cada año se organiza en Düsseldorf uno de los carnavales más trabajados y populares de Europa. Las celebraciones duran cuatro días, con un desfile central en el que participan más de 80 vehículos convertidos en carrozas satíricas y miles de personas. Toda la ciudad se vuelca con su carnaval y las calles son una auténtica fiesta.
Además, Düsseldorf es en sí una ciudad muy agradable, con sus grandes parques, la playa del Rin y una calidad de vida envidiable.
Haz clic en la foto y elige entre los mejores carnavales del mundo
5. Disfruta del Oktoberfest en Múnich
Es el producto de marketing alemán mejor exportado al resto del mundo. Cada año más de 6 millones de visitantes se dan cita en la Oktoberfest de Múnich, que lleva celebrándose desde 1810 en Theresienwiese, un recinto cercano al centro de la ciudad.
Para pasártelo bien no hace falta que seas un gran bebedor de cerveza. El ambiente es tremendo y podrás conocer a gente de todos los rincones del planeta. La cerveza servida en el Oktoberfest tiene que cumplir ciertos requisitos de graduación y lugar y método de elaboración.
Una gran fiesta que se ha exportado y tiene grandes sucedáneos en países como Brasil, Bélgica y Argentina.
6. Vive el cuento de Neuschwanstein
Luis II de Baviera, apodado “el rey loco”, mandó construir, a finales del siglo XIX, un castillo que pasaría a ser el monumento más fotografiado de toda Alemania.
El joven Luis adoraba la naturaleza y era un romántico melancólico que añoraba los tiempos medievales. Por eso levantó el castillo sobre una roca, orientado hacia los Alpes bávaros. Era una época en la que este tipo de edificaciones ya no tenían ningún valor estratégico o defensivo, pero fue el retiro favorito del rey durante su corta vida. Aquí leía poesía, montaba a caballo, paseaba por el lago y soñaba con otros tiempos mejores. Hoy en día es una de las postales identificativas de Alemania, mezclando estilos arquitectónicos y con un interior que no desmerece a su exterior.
7. Vive la Navidad en Núremberg
Cuando te aproximas al mercadillo de Navidad de Núremberg los olores a vino dulce, almendras tostadas, salchichas y pan de jengibre te asaltan de improviso.
Este año, este mercadillo - de más de 400 años de historia y situado en el centro de la ciudad – abrirá sus puertas del 27 de noviembre al 24 de diciembre. En él no sólo se puede comprar comida y otros productos típicos de esta época del año, sino que además hay música y talleres de artesanía en cristal, madera, cera y algunas clases de preparación de postres navideños. Todo ello en un gran ambiente festivo.
8. Diviértete en el parque de atracciones de Europa Park
El plan ideal para los amantes de los parques de atracciones. Europa Park tan sólo es superado en Europa por Eurodisney y, obviamente, no tiene rival en Alemania. Para disfrutar de él debemos viajar hasta Rust, en el suroeste del país, entre Friburgo y Estrasburgo.
El parque cuenta con zonas temáticas que representan a algunos países de Europa –entre ellos, España -, la friolera de 12 montañas rusas, carruseles, atracciones de agua, cines en 4D y muchas cosas más. Supera los 5 millones de visitantes al año y se ha convertido en la atracción más visitada del país, por delante del castillo del rey loco.
Un plan perfecto para una escapada familiar o con amigos.
9. Visita Colonia
Los orígenes de la vieja Colonia se remontan a un siglo antes de Cristo. Fue una importante ciudad fronteriza del Imperio Romano y, durante la Edad Media, un núcleo comercial e intelectual. La Universidad de Colonia data del siglo XIV y el aire de ciudad universitaria lo sigue conservando a día de hoy.
Es una ciudad joven y dinámica, resurgida de sus cenizas tras la Segunda Guerra Mundial (los bombardeos aliados destruyeron el 80% de sus edificios) y cuya catedral es su emblema. La catedral de Colonia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es una joya del gótico que comenzó a construirse en 1248. Dicen que en ella se encuentran los restos de los tres Reyes Magos. Traed vuestra carta de Navidad por si acaso.
10. Navega por el Rin