Castillos, fortalezas y palacios más increíbles del Mundo entero.
Los mejores , o al menos los más bonitos, están en lugares increíbles. Encima de montañas, junto a lagos, en islas, rodeados de vegetación, se reflejan en el agua… y todos, por más diferentes que sean, tienen la capacidad de hacer soñar al que los visita.
Si no tienes planes para tus vacaciones o necesitas ideas, ¿qué te parecería hacer una ruta en coche por los castillos más bonitos de Europa? Es una idea estupenda y una buena manera de disfrutar del tiempo libre. Así que sigue leyendo, porque aquí van 13 fortalezas, palacios y castillos que te darán ganas de salir volando.
Castillo de Bran, Rumanía
Por si no fuera suficiente con sus tejados rojizos, la vegetación frondosa que lo rodea y un paisaje, nunca mejor dicho, de cuento, el Castillo de Bran está rodeado por un halo de misterio. Esta fortaleza medieval en Transilvania (Rumanía) es uno de los lugares más visitados del país por la leyenda que lo vincula al Conde Drácula. Realmente, este personaje histórico tenía su residencia en otra fortaleza, pero esto no ha impedido la gente lo siga llamando “El castillo de Drácula”. Así que no te asustes y déjate llevar por el encanto medieval de Bran.
Castillo de Eilean Donan, Escocia, Reino Unido
Pese a su tamaño reducido, el castillo de Eilean Donan es el protagonista de muchísimas postales y fotografías que se hacen los turistas en Escocia. Construido sobre un islote y conectado con la tierra por un precioso puente de piedra, cuando la marea sube se refleja en el Loch Duich como si de un espejo se tratara. Su aspecto actual es fruto de la restauración a la que fue sometido por el clan MacRae a principios del siglo XX. Y es tan bonito que ha salido en varias películas de Hollywood como la mítica “Los Inmortales” o “Braveheart”.
Alcázar de Segovia, España
Quien piense que en España no tenemos castillos de postal se equivoca, y mucho. El Alcázar de Segovia es la prueba que confirma que la península es tierra de fortalezas y palacios que no tienen nada que envidiarles a los de nuestros vecinos. Este monumento se alza sobre un cerro y domina el paisaje con elegancia. Y no es de extrañar que durante la Edad Media fuera la residencia favorita de los Reyes de Castilla. No te vayas sin visitar la Sala del Trono ni la de las Piñas.
Castillo de Chillon, Suiza
A orillas del Lago Leman y en un entorno espectacular, el Castillo de Chillon hunde sus cimientos en un fuerte de la Edad del Bronce y lleva ocupado más de 10 siglos. Ha sido el hogar de varias casa reales y sirvió de inspiración al poeta inglés Lord Byron, con su aspecto de postal. Está muy cerca de la ciudad de Montreux y cualquier visita a esta fortaleza es como un viaje al medioevo.
Castillo de Neuschwanstein, Alemania
El castillo de Neuschwanstein (significa “Nuevo Cisne de Piedra” en alemán) es famoso además de por ser la inspiración para el castillo de la Bella Durmiente de Disney, por ser el capricho de Luis II de Baviera, “el rey loco”. Pese a su aspecto medieval, es de finales del siglo XIX y su estilo a medio camino entre la fortaleza neo románica y el palacio neogótico es un delirio de torres y muros que se funden con las montañas y lagos que lo rodean. Está bastante cerca de Múnich, así que si estás por la zona no te lo pierdas.
Castillo de Trakai, Lituania
Los castillos en el agua tienen una capacidad de fascinarnos infinita. El de Trakai, en Lituania, no podía ser menos, con su ubicación privilegiada en medio de un lago y rodeado por bosques. Esta fortaleza de ladrillo rojo sustituyó en el siglo XV al castillo original y durante años sufrió los azares del tiempo, la historia y las guerras… hasta que, finalmente, en el siglo XX se reconstruyó para darle la apariencia actual. Más bonito imposible.
Castillo de Egeskov, Dinamarca
El castillo de Egeskov es la fortaleza renacentista mejor conservada de Europa y es una gema. Increíblemente hermoso por dentro y por fuera, se alza junto a un lago y la leyenda cuenta que para construir sus cimientos se necesitó un bosque entero de robles. Quizás por eso el nombre del castillo significa “Bosque de Robles” en danés). Sea como fuere, esta fortaleza de ladrillo rojo y torres cónicas parece que siempre esté posando para una foto.
Castillo de Belmonte, Cuenca, España
Elevada sobre el cerro de San Cristóbal a las afueras de la villa de Belmonte, esta fortaleza robusta controla el paisaje siempre dorado. Es singular por su excelente estado de conservación y porque su aspecto exterior sigue siendo casi el mismo que tenía cuando se construyó en la segunda mitad del siglo XV. El castillo de Belmonte es una fortaleza palacio que cualquiera debería explorar. Y más si tu visita coincide con laguna de sus recreaciones medievales o incluso con el Pasaje del Terror que lo toma algunos días de agosto.
Castillo de Bodiam, Inglaterra, Reino Unido
En los cuentos los castillos tienen un foso profundo lleno de agua y, a veces, cocodrilos. Y a juzgar por las fotos del Castillo de Bodiam, este podría ser perfectamente el escenario de nuestra historia favorita. Se trata de una fortaleza cuadrangular austera y capaz de ahuyentar al enemigo más pesado. Como en la mayoría de los casos, en el siglo XVI fue abandonado y se convirtió en una ruina hasta que Lord Curzon lo restauró y legó al National Trust en 1926.
Castillo de Lichstenstein, Alemania
El castillo de Lichstenstein, cerca de Stuttgart, es una preciosidad encaramada a una roca en los Montes Suabos. Lo que hoy podemos admirar, con su aspecto elegante y cuidado, es fruto de la reconstrucción neogótica sobre los restos de una fortaleza medieval que estaba en el mismo lugar. El nombre de Lichstenstein lo sacó el duque Guillermo de Urach de una novela romántica. Verlo en primavera es un espectáculo.
Castillo de Chenonceau, Francia
El Valle del Loira es uno de los mejores lugares del mundo para ver castillos. Hay muchísimos y todos rivalizan en belleza, grandiosidad y, por supuesto, lujo. Pero nosotros esta vez nos decantamos por el castillo de Chenonceau. Lo único que queda de la fortificación medieval original es la Torre de los Marques, mientras que el resto se edificó a principios del siglo XVI en un estilo palaciego mucho más apropiados para los tiempos. El castillo de Chenonceau es conocido como “el castillo de las mujeres” por la huella que dejaron en él las nobles que lo construyeron, residieron en él o lo poseyeron como por ejemplo Diana de Poitiers, Luisa de Lorena-Vaudémont o la misma Catalina de Médicis.
Castillo de Hohenwerfen, Austria
El castillo de Hohenwerfen también trepa por la montaña hasta situarse en su cima y, orgulloso, dominar la zona. Esta fortificación de grandes dimensiones está en la ribera del río Salzach, cerca de Salzburgo y sus orígenes se remontan al siglo XI como parte de la línea defensiva de esta zona de Austria. Está rodeado por los Alpes y parece inexpugnable. Tanto es así que se usó como cárcel. Hoy se puede visitar casi en su totalidad, incluida la cámara de tortura y su Museo de Marionetas.
Ashford Castle, Irlanda
Este castillo medieval situado en el condado de Mayo en Irlanda es uno de los más bonitos de toda la Isla Esmeralda. La fortaleza, que es más un palacio que otra cosa, está a orillas del lago Corrib y se construyó en el siglo XIII para una familia anglonormanda. Ya en el siglo XVIII cayó en manos de los Guinness, que lo vendieron en 1945. En la actualidad el castillo de Ashford es un lugar de fantasía en el que puedes pasar una noche o más, ya que es un hotel de cinco estrellas de primer nivel.