15 lugares mágicos para soñar que no te va a costar nada descubrir.
Cascadas de ensueño, bosques que parecen salidos de un cuento de hadas, formaciones rocosas con las formas más curiosas que puedas imaginar, cuevas en las que podría dormitar cualquier dragón, aguas de color turquesa, tierras rojas… España oculta rincones de una belleza tan espectacular como desconocida y que demuestran que no hace falta salir del país para ver lugares increíbles.
Hay tantos lugares mágicos en España que se hace difícil elegir, pero Skyscanner ha seleccionado 15 rincones fabulosos que te harán soñar… y te darán ganas de subir al coche y poner rumbo a estos destinos tan cercanos y tan inusuales.
1. Selva de Irati, Navarra
Imagina un bosque tan frondoso que podría aparecer un hada o un gnomo (incluso un hobbit) en cualquier momento… Pinta el suelo de rojo sangre y el cielo de mil tonos de verde i ocre y tienes la Selva de Irati. El segundo hayedo y bosque de abedules más grande y mejor conservado de Europa (después de la Selva Negra alemana) vale la pena. El entorno es casi virgen y es perfecto para desconectar, hacer fotos, hacer senderismo y disfrutar de un paisaje tan único que no te creerás que esté tan cerca.
2. Minas de Riotinto, Huelva, Andalucía
Paisajes lunares, tierras y aguas rojas tan intensas que parecerá que estés en Marte. Pero no, no hace falta salir fuera de la Tierra para descubrir un lugar como este. Las minas de Riotinto son uno de los lugares más curiosos de la geografía española y te dejarán boquiabierto. Aquí el paisaje ha sido trabajado y modificado por la mano del hombre desde la Edad del Cobre, cuando se empezó a explotar… Y de ahí hasta la actualidad. Si te atreves a pisar este lugar surrealista no te dejará indiferente.
3. Playa de las Catedrales, Galicia
Es muy fácil sentirse pequeño en la Playa de las Catedrales. Situada en la costa de la provincia de Lugo, estos acantilados de más de 32 metros de altura que el viento y el mar han esculpido a lo largo de los siglos son un espectáculo digno de verse… y de disfrutarse. Espera a que baje la marea y pasea entre sus arcos y bóvedas enormes. Casi parece que fueron tallados por los gigantes, ¿verdad? En cuanto suba la marea no os perdáis el espectáculo de disfrutarlos desde los miradores.
4. Garganta de los Infiernos, Extremadura
La Reserva de la Garganta de los Infiernos es, sin dudarlo ni un segundo, uno de los paisajes más singulares que esconde España. Situadas en un lugar privilegiado al norte dela provincia de Cáceres, en el extrema occidental de la Sierra de Gredos y en el corazón del Valle del Jerte se trata de un lugar lleno de saltos de agua, arroyos, cascadas y, en especial, piscinas naturales y grandes pozas circulares (los famosos “pilones”) excavadas en la roca por la erosión del agua de los ríos. Perfecto para una ruta senderista y también para refrescarse cuando aprieta el calor. Te sentirás como un lugar digno de “El Señor de los Anillos” o “El Hobbit”.
5. Parque Nacional de Garajonay, La Gomera, Islas Canarias
Envuelto en la niebla o bajo un sol radiante, los bosques de laurisilva del Parque de Garajonay parecen un paisaje sacado de la prehistoria… aunque sin dinosaurios de por medio. Te parecerá ver pasar a elfos o quizás esperarás que aparezca el mago Merlín de detrás de cualquier árbol. Este lugar mágico suele estar envuelto en la bruma eterna y es tan antiguo que lleva entre nosotros desde el Terciario. Está en la preciosa isla de la Gomera, en el archipiélago de las islas Canarias. Un rincón de España tan lleno de maravillas que seguro que no te conformas sólo con ver una.
6. Las Médulas, El Bierzo, Castilla y León
Arenas rojizas, picos, formaciones de roca roja que sobresalen entre castaños y robles… Las Médulas son un monumento natural moldeado por los romanos, que convirtieron el lugar en una explotación de oro a cielo abierto. Pasear por aquí es adentrarse en otro mundo para que las pupilas se dilaten y absorban todo lo que el paisaje puede ofrecer. Son Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y uno de los parques culturales más increíbles que tiene España. Si vas, sube al mirador de Orellán para disfrutar de una panorámica que te robará el corazón.
7. El Torcal de Antequera, Málaga, Andalucía
Otro paisaje casi extraterrestre, el Torcal de Antequera llama la atención por las formas caprichosas que las rocas calizas ha adoptado, dando forma a un paisaje kárstico de primer nivel. Pasear entre estos pináculos y piedras que parecen pulidas hace volar la imaginación. Tiene más de 1.171 hectáreas de superficie y es un verdadero paraíso natural que ha dado origen a formaciones como “el tornillo”, el “sombrerillo” o los “prismáticos”. Tendrás que verlo para creerlo.
8. Las Cuevas del Drac, Mallorca, Islas Baleares
Viendo las Cuevas del Drac de Mallorca es fácil imaginar a un dragón durmiente rodeado de tesoros mientras le ilumina la luz tenue y las gotas de agua resbalan por las estalactitas hasta un lago interior. Este rincón mágico son cuatro grandes cuevas cerca de Manacor de más de 2’4 km de largo que llegan hasta 25 metros bajo tierra. En su interior se oculta un gran lago subterráneo junto al que se puede oír música clásica en directo… Más bonito imposible.
9. Parque Nacional de Ordesa, Huesca, Aragón
Valles profundos, montañas altas, vegetación frondosa, ríos de aguas turquesas, cascadas que llenan de rocío el entorno… El Parque Nacional de Ordesa parece sacado de una película de fantasía. Este lugar soberbio se alza en el Pirineo Oscense y es un festín para los sentidos. Con más de 15.000 hectáreas de superficie y la cascada más alta de Europa elegir uno sólo de sus rincones es casi imposible. Aun así, nos quedamos con la ruta por el Cañón del Añisclo, el Valle de Pineta y la famosa catarata de la cola de caballo.
10. Playa de Gulpiyuri, Asturias
A pesar de que el turismo de masas ya ha llegado aquí, no por eso deja de ser mágico. Acércate al amanecer un día a la única playa de mar situada tierra adentro del mundo y te quedarás maravillado. Este pequeño arenal está situado entre prados verdes y es fruto de los caprichos de la naturaleza. Aunque la profundidad no es suficiente para bañarse, la playa de Gulpiyuri tiene algo que la hace verdaderamente especial… Seguro que más de una ninfa viene a bañarse por la noche. O al menos eso parece.
11. Fageda d’en Jordà, Olot, Cataluña
Montañas que en realidad son volcanes dormidos, paisajes verdes hasta que se pierde la vista y árboles que dibujan estampados en el suelo con sus raíces son algunos de los motivos por los que el Hayedo de Jordà es un lugar increíblemente mágico. En pleno Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, en primavera y otoño se convierte en un lienzo multicolor por el que no debería extrañarte cruzarte con algún ser mitológico. Llévate un libro, la comida y siéntate a esperar… quizás tendrás suerte.
12. Bardenas Reales, Navarra
Las Bardenas reales, un lugar semidesértico lleno de formaciones que el agua y el viento han erosionado hasta crear formas caprichosas entre las que destacan los “barrancos”, las “mesetas” y los peculiares “cabezos”. Dar un paseo por aquí es viajar a la luna sin tener que salir de la Tierra. El Castildetierra es uno de sus iconos pero no te pierdas tampoco La Pisquerra en la Bardena Blanca ni el árido entorno del Barranco grande.
13. Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas, Jaén, Andalucía
Cerca del mar de olivos que cubre buena parte de la provincia de Jaén hay un paraíso verde en el que te parecerá que has viajado a tierras norteñas… o a la Tierra Media. La Cerrada de Elías es una de sus rutas más conocidas pero es irresistible. Por si fuera poco, el pueblo de Cazorla es una pequeña maravilla de piedra coronado por el Castillo de la Yedra, una fortificación imponente. Aquí el tiempo se detuvo en algún momento y la paz es la dueña del lugar.
14. Monasterio de Piedra, Zaragoza, Aragón
El Parque Natural del Monasterio de Piedra es una sinfonía de agua, luz y vegetación que se combinan a la perfección para dar lugar a uno de los rincones con más magia de España. La corriente del río Piedra ha modelado la roca a su paso formando lagos, grutas y cascadas como el Lago del Espejo o la Gruta Iris, que te dejará con el corazón en un puño. Una vez pongas el pie allí nada será lo mismo.
15. Cueva de los verdes, Lanzarote
En una isla tan volcánica y única como Lanzarote no es de extrañar que haya un lugar como la Cueva de los Verdes. Este tubo volcánico se formó hace 5.000 años y va desde el volcán de la Corona hasta la costa a lo largo de más de 7 kilómetros. Es uno de los túneles de lava más largos del mundo y durante siglos fue refugio de la población local. Hoy se puede visitar y es inolvidable.
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