Las islas del Mediterráneo han atraído la atención de invasores, colonizadores y viajeros desde la Antigüedad. Tú también te sentirás cautivado por la belleza de las diez que hemos seleccionado, y en las que, historia, cultura y naturaleza van de la mano, para hacer de tu visita una experiencia a la altura de los héroes legendarios de la mitología griega.
El mar Medi Terraneum ha servido para que el conocimiento y las ideas se extendieran por los países que se asoman a sus aguas. Las creencias y la cultura de los que por él han navegado, han dejado su huella en las miles de islas que salpican sus más de 3.700 kilómetros de longitud. Afortunadamente para el viajero del siglo XXI, aún es posible en encontrar en muchas de las islas mediterráneas, ejemplos de naturaleza apenas alterada y costumbres, vírgenes de nocivas influencias externas, que nos permiten experimentar el tan humano deseo de aislarse.
De España a Grecia, ¿nos acompañas en esta ruta por las islas más increíbles del Mediterráneo?
1. Sicilia, Italia
El paso de asiáticos, africanos y europeos ha hecho de la mayor isla italiana del Mediterráneo, Sicilia, un caleidoscopio de culturas, y a la vez, de contrastes. Una variedad que también se hace evidente, aún antes de pisarla, cuándo la contemplamos desde el aire, y nos cautiva con su paisaje volcánico presidido por el Etna, sus dramáticos acantilados y su costa deslumbrante. Una vez en tierra, la palaciega y decadente capital, Palermo, nos recibe con sus estrechas callejuelas medievales y sus mercados históricos, y las ciudades de la meseta caliza del Val di Noto, nos dejan sin palabras ante la belleza de su arquitectura barroca tardía. Recorrer Sicilia es hacer un viaje a lo largo de la historia del arte, y en dónde hoy se alza el altar de la catedral de Siracusa, se erigió en tiempos de la antigua Grecia, la estatua de la diosa Atenea. Pero al mismo tiempo es imposible no caer rendido ante su naturaleza superlativa, cuando contemplamos la blanquecina pendiente de la "escalera de los turcos", un acantilado rocoso de piedra marga en el que los piratas sarracenos ocultaban sus barcos, y sirve hoy de sendero escalonado para llegar a las aguas cristalinas de Agrigento, o ante la visión de la parte oriental de la isla desde lo alto del volcán Etna.
2. Cerdeña, Italia
Unos misteriosos edificios megalíticos de origen desconocido llamados nugara o unas tumbas excavadas en la roca con formas caprichosas, conocidas como domus de Janas, son dos de los atractivos más singulares de la segunda mayor isla del Mediterráneo, Cerdeña. Su naturaleza salvaje, nos deja paisajes apenas tocados por la mano del hombre, auténticos santuarios de vida animal, y destinos deseados para los amantes de la fotografía y la observación de aves. La misma impresión que causan sus playas de color esmeralda, que nos invitan a hacer inmersiones y a la práctica del windsurf, o sus escondidas calas de arena blanca. La singularidad es igualmente la nota dominante de los barrios y edificios de su capital, Cagliari, desde el barrio fortificado del Castillo a la Ciudadela de los Museos.
3. Creta, Grecia
En la mayor isla griega te esperan más de 3.500 cuevas, lagos de agua dulce y el mayor palmeral de Europa. También podrás dejarte impresionar por mesetas teñidas de olivos y viñedos, y fértiles valles cubiertos de campos de naranjas y limoneros. Esta belleza natural no desmerece de la gran variedad de estilos arquitectónicos que podrás encontrar recorriéndola, ya que de su pasado esplendoroso y un tanto turbulento, han ido quedando las huellas de sus sucesivos dominadores, desde fortalezas venecianas a iglesias bizantinas. También podrás admirar los vestigios de la cultura minoica, y es que en esta isla situada al sureste del Mar Egeo, nació la primera civilización europea. Aún hoy, cuando se recorre el palacio de Cnosos, es difícil no pensar en el mítico rey Minos y la leyenda del Minotauro.
4. Capri, Italia
Contemplando las múltiples aristas que ofrece al visitante Capri, es fácil entender por qué esta isla situada en el mar Tirreno, ha sido destino habitual de recreo desde la época romana, cuándo los emperadores descansaban en las villas de la isla. Sus aguas tan increíblemente azules que parecen coloreadas y sus ruinas romanas, sirvieron de inspiración a artistas y escritores decimonónicos, y la convirtieron, especialmente a partir de los años cincuenta, en sinónimo de vacaciones de la jet set internacional, para comprobarlo sólo tienes que dar un paseo por Capri Town. Resulta difícil abstraerse a la belleza de su Gruta Azul, la más famosa de las numerosas que rodean la isla, y en cuyo interior el mar parece estar iluminado, y te sorprenderá eldramatismo de los Faraglioni, las famosas formaciones rocosas, enmarcando unos atardeceres difíciles de olvidar.
5. Malta
Probablemente en ningún otro lugar del Mediterráneo encontrarás la riqueza cultural y el Patrimonio que te espera en las islas maltesas. Puede sorprender que a pesar de su tamaño, este pequeño archipiélago haya estado habitado desde el año 7.000 antes de Cristo, y que entre sus joyas arquitectónicas se encuentre elHipogeo de Hal Saflieni, el único templo subterráneo prehistórico conocido, cuya construcción nos remonta hasta el año 2.500 antes de Cristo. La explicación hay que buscarla en su localización estratégica, que la han hecho deseada por todos los pueblos que han surcado y dominado las aguas que la rodean. Su historia se ha ido forjando con el paso sucesivo de fenicios, cartagineses y romanos, primero, a los que siguieron los árabes, que dejaron su impronta en el idioma. El dominio normando, que nos permite visitar lugares cómo maravillosa ciudad amurallada de Mdina, en la que admirar la mezcla de arquitectura medieval y barroca, o los más de doscientos años de dominio de la Orden de los Caballeros de San Juan durante los que se alzaron iglesias, fuertes y torres de vigilancia, han hecho de este refugio seguro, cómo la denominaron ya los fenicios, un paraíso para el visitante curioso. También nos esperan bahías y ensenadas, espectaculares acantilados y paisajes costeros de impresionante belleza en los que nadar, practicar submarinismo y esnorkel, y embelesadoras puestas de sol, especialmente en las vecinas islas de Gozo y Comino.
6. Ibiza, España
Su fama legendaria cómo destino habitual de celebridades internacionales, precede a Ibiza, la isla española unánimemente reconocida por su naturaleza espectacular, sus maravillosas puestas de sol, sus exclusivas salas de fiesta y sus fiestas míticas sobre la arena blanca de sus playas. Cómo mítico es también un lugar que muchos han identificado con los que describió Homero en La Odisea, el islote de Es Vedrà, situado frente a la Cala d'Hort, que ha servido de inspiración para músicos y artistas, y al que se le atribuyen energías desconocidas. No es difícil imaginar que otro de sus secretos menos conocidos, losvaraderos de Cala Xarraca, las casas tradicionales de pescadores, sean un destino cada vez más atrayente para bucear en las aguas cristalinas de esta zona situada al norte de la isla. Como contrapunto a su apabullante naturaleza, la huella del hombre también ha dejado en Ibiza un importante patrimonio, cómo los restos fenicios de Sa Calera, el primer asentamiento de Ibiza, o las murallas fortificadas de Dalt Vila, del siglo XVI.
7. Córcega, Francia
Paraíso para los amantes del senderismo, la bella isla de Córcega, bautizada por los griegos cómo "la más bonita", nos espera al oeste de la Costa Azul. Por su paisaje boscoso y montañoso, discurre de norte a sur el GR20 (Grande Randonée) una de las rutas de senderismo más bellas de Europa. Cerca de doscientos kilómetros dotados de albergues y refugios, para dejarse impresionar por su maravilloso paisaje, sus montañas de granito, sus bosques de pinos y el dramatismo de sus costas. Pero también hay alternativas más fáciles, cómo el recorrido Mare a mare centro, que nos lleva hasta la bahía más bella de la isla, Ajaccio, cuna del insigne Napoleón Bonaparte. La ciudad de Calvi, ofrece a los más sedentarios, impresionantes vistas desde lo alto de su bella ciudadela fortificada, y playas paradisiacas.
8. Anafi, Grecia
Quizás porque la mitología cuenta que Anafi surgió del fondo del mar para dar cobijo a los legendarios argonautas en su periplo en busca del vellocino de oro, o porque ha sido refugio de piratas y lugar de exilio de disidentes, la isla menos accesible del archipiélago de las Cícladas, es el mejor lugar para refugiarse, descansar y tomar un respiro a nuestra habitualmente agitada existencia. Nos recibe con la sencillez y naturalidad de los que ha permanecido ajenos a influjos exteriores, ofreciendo aún al visitante, confiemos que por mucho tiempo, la esencia de las islas griegas. Pequeños puertos en los que apenas hay una taberna, pueblos que no saben lo que es un supermercado, la posibilidad de olvidarse de otro medio de transporte que no sea andando, o si lo prefieres, desplazarte a lomos de un burro, dejarse impactar por la visión de empinados acantilados que terminan en infinitas y desérticas playas de arena, son sólo algunos de los atractivos que te esperan.
9. Corfú, Grecia
La historia de la segunda mayor isla Jónica, está llena de referencias mitológicas, y su geografía plagada de fortalezas que hablan de un pasado forjado a base de batallas y conquistas, pero si de algo puede estar orgullosa Corfú, es de haber fomentado la difusión de la cultura y el conocimiento durante la antigua Grecia. La vida cultural de la isla sigue siendo hoy de sus atractivos, y sus ruinas griegas, instituciones cómo el Museo Arqueológico, o lugares mágicos cómo el que conserva los restos de la que fue la elegante villa neoclásica Mon Repos, visita obligada para los interesados en empaparse de su rico pasado. La bella Corfú, la isla esmeralda, reúne en su paisaje todos los elementos para impresionar al viajero, con sus montañas forradas de olivos, el embriagador olor de los higos presidiendo tus paseos, sus playas de finísima arena blanca y sus aguas desplegando todas las tonalidades de azul.
10. Folégandros, Grecia
Imagina un paisaje de casitas encaladas de blanco inmaculado con terrazas cubiertas de buganvillas y flores, pequeñas playas en calas a las que sólo se puede acceder a pie o en barco y paisajes en los que el silencio es el protagonista. Ese lugar existe en forma de una pequeña isla del mar Egeo situada en el archipiélago de las Cícladas, y se llama Folégandros. Sus apenas tiene 32 metros cuadrados, con tres pequeños pueblos conectados por carretera, conservan intacta la atmósfera relajada y la paz insular, en la que todos hemos soñado alguna vez.
7 islas europeas de las que nunca habías oído hablar
1. Gotland, Suecia
Con 800 bonitos kilómetros de costa báltica, Gotland es archiconocida por los suecos; pero a pesar de ser la isla más grande de Suecia, sigue siendo un misterio para los turistas españoles. Visby, la capital, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y en el resto de la isla hay un parque natural y más de 100 reservas naturales. Gotland es ideal para los amantes de la naturaleza, ya que se puede practicar senderismo y bicicleta, montar a caballo e ir a la playa. Y además, para los fanáticos de la historia hay más de 100 iglesias medievales y yacimientos prehistóricos.
2. Poros, Grecia
Poros es una pequeña isla situada en el golfo Saronico de Grecia. Cuando los autóctonos quieren desconectar, vienen aquí. Podrás visitar el bosque de los limones, una colina cubierta por más de 30.000 limoneros y naranjos, y tumbarte en las playas, que se extienden ininterrumpidamente por toda la costa. Poros es un lugar tranquilo pero cosmopolita; hay muchas opciones de entretenimiento nocturno en cafés y tabernas locales, donde los habitantes van a jugar. Aún así, es fácil aislarse en esta auténtica isla griega.
3. Holy Isle, Escocia
En la costa oeste de Escocia, muy cerca de Arran, Holy Islees un refugio espiritual propiedad de un lama budista. Los visitantes pueden quedarse un día o más para pasear por la isla o dedicarse a temas más espirituales, como un curso de meditación, yoga o incluso de "sueños lúcidos y plenitud mental". Puedes volar a Glasgow y luego coger un tren. Y si realmente estás que te mueres por meditar, siempre puedes ir en helicóptero.
4. Traena, Noruega
Traena es una isla con picos escarpados y hierba exuberante a 65 km de la costa de Noruega. Casi sería desconocida si no fuera por el Trenafestival, que ha sido declarado el festival de música más remoto del mundo. Una vez al año, artistas de todo el mundo se reúnen en esta isla para tocar en escenarios muy originales, como una cueva. Para llegar hace falta dedicación: primero hay que volar a Bodo y luego pegarte un viaje de 6 horas en barco. Pero vale la pena: te espera una cálida bienvenida por parte de los habitantes de la isla, comida gourmet de primera y probablemente los escenarios más impresionantes para una actuación que hayas visto jamás.
5. Bozcaada, Turquía
Esta pequeña isla, antiguamente conocida como Ténedos (su nombre griego), es sin duda una delicia turca. Se encuentra a la orilla del sereno mar Egeo y el paisaje está compuesto por colinas bajas, bahías bonitas, campos de lavanda, viñedos y callejones empedrados. Aquí la vida se vive despacio y los viejos turcos juegan al backgammon a la sombra, y siempre hay un vaso de vino de la isla a tu disposición. Para llegar a este refugio turco, vuela a Estambul y cruza el mar de Mármara en ferri.
6. Elba, Italia
Elba se encuentra a 20 km de la península de Italia y forma parte del parque natural del archipiélago toscano. Aunque es la tercera isla más grande de Italia (después de Sicilia y Cerdeña), no es muy conocida. Se la conoce como la "isla de la Toscana" y la zona mezcla historia, costa, montañas y bosques, cosa que la convierte en un sitio ideal para una escapada activa. En esta isla se puede practicar windsurfing, kayak, buceo, escalada y bicicleta de montaña.
7. Comino, Malta
Comino es una isla diminuta que forma parte de Malta. Es conocida por su tranquilidad y por ser muy remota. Tiene una población permanente de solo cuatro (sí, ¡cuatro!) personas. Es una isla desenfadada y un paraíso para los submarinistas y los amantes del senderismo y el windsurf. El mejor tesoro de Comino es la laguna azul, una cala resguardada de aguas cristalinas y arena blanca que podría servir perfectamente como doble de las Maldivas. Para llegar, vuela a Malta y súbete a un ferri.
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