Esculturas naturales de Bardenas Reales, Navarra
Es una maravilla natural y bien podría servir como plató para ambientar alguna película americana del antiguo oeste. Sorprenden las montañas arcillosas que toman forma de escultura gracias al paso del tiempo, la erosión del agua y la fuerza del viento. Este parque está en el sureste de Navarra y la figura natural que más impresiona es la de Castildetierra. Se trata de un pináculo rocoso y ejemplifica como ninguna otra parte la erosión que ha sufrido esta tierra a lo largo de millones de años.
Playa de Gulpiyuri, Asturias
Asturias se encuentra en la denominada España Verde. Así que os podéis imaginar que casi cualquier sitio que piséis será cuanto menos un paraíso natural. Pero hay un rincón entre Ribadesella y Llanes que merece nuestra atención. Se trata de una pequeña playa en cuyas aguas a duras penas te puedes remojar los pies. Pero su tamaño no es ni de lejos lo más curioso de este lugar. Esta playa está situada tierra adentro y sus aguas tienen un tope en forma de acantilado. El mar fue creando una cueva hacia el interior que acabó hundiéndose. Esto dejó paso a un hueco de unos 50 metros de diámetro. Esta playa sigue conectada con el mar sufriendo también mareas.
Meandro del melero, Extremadura
Este rincón es extrañamente poco conocido. Se encuentra en el límite oriental de las Hurdes, que es una de las comarcas menos pobladas de esta comunidad, y su atracción reside en la profunda sinuosidad del río Alagón. Pero lo más curioso que tiene este lugar es la península que interrumpe el curso del río creando la ilusión de un lago con una isla en su centro. Para aquellos que les gusta el senderismo, hay una ruta que parte de Riomalo de Abajo y que sigue el caprichoso curso del río hasta llegar al mirador de la antigua. Como telón de fondo, la sierra de Béjar no tiene desperdicio alguno.
Nacimiento del río Urederra, Navarra
Pertenece a la sierra de Urbasa y es una reserva natural. Este lugar tiene algo de mágico. Parece el hogar perfecto para las hadas de los cuentos. Rodeado de cascadas y pozas de color turquesa, se aconseja reservar la entrada a la reserva natural por
internet. Para llegar hasta allí, el camino es un tanto agreste. Así que no olvides tu bastón de trekking. Aviso: está prohibido coger palos, piedras o flor que te encuentres por el camino.
Las Médulas, León, Castilla y León
Aquí podrás encontrarte jabalíes, corzos y hasta gatos monteses. Este paraíso natural le debe su peculiar aspecto a la mano destructiva del hombre. Las Médulas eran en época de los romanos una mina de oro a cielo abierto. La erosión y el desgaste de la intensa actividad durante siglos dotaron a esta zona con curiosas, puntiagudas y rojizas formaciones montañosas. La explotación se abandonó en el siglo III y desde entonces los robles, las encinas y los castaños han ido cogiendo terreno. Aunque oro ya no es lo que encontrareis por estos lares, este paraje esconde una auténtica joya. Se trata de un yacimiento arqueológico que un día fue el poblado metalúrgico de Orellán. Cómo llegar: coged la carretera de Ponferrada (N-536) en dirección suroeste hasta llegar a Carucedo y pasados unos metros hallareis un desvío a mano izquierda. Cogedlo.
Desembocadura del Xallas, A Coruña, Galicia
Y del nacimiento de un río a la muerte de otro. Pero no estéis tristes. Esta es una muerte muy dulce… O ¿debería decir muy salada? El Xallas desemboca majestuoso en forma de cascada natural al mar en el término municipal de Dumbría. Es la única cascada de Europa que cae directamente al mar. El espectáculo es digno de ver. Lo malo es que ahora este fenómeno de la naturaleza está condicionada por la apertura de una represa. De la cascada sólo cae agua los sábados de 12 a 14.00 horas y todo el día los domingos de verano. Aprovecha y acércate al cabo Fisterra, que está muy cerquita, y disfruta de los magníficos atardeceres. Los antiguos lo consideraban el final de la tierra y es tradición que los peregrinos quemen allí su ropa una vez finalicen el camino.
Fragas de Eume, La Coruña
Si te acercas a Galicia precisamente por su misticismo y las leyendas que planean sobre esta tierra, este es un rincón que no te puedes perder. Es un lugar misterioso con bosques espesos donde la luz llega siempre velada. Estos bosques se extienden a lo largo del río que lleva su nombre. Cuenta la leyenda que cuando Dios creó los tres ríos que nacen en la Serra do Xistral (el Eume, Masma y Landro) les prometió que el primero en llegar al mar conseguiría un hombre cada año. Durante el camino, los tres ríos decidieron descansar un poco, algo que sólo el Eume cumplió. Cuando este se supo traicionado por los otros dos, enfurecido, aceleró su marcha entre montes y valles logrando ser el primero. Por ello, el Eume salió así, bravo y agreste y, antes de la aparición de los embalses, el Eume, se llevaba cada año la vida de un hombre.
Combarro, Pontevedra
No te puedes ir de Galicia sin conocer la arquitectura típica de esta tierra. En especial, los Hórreos. Por si no habéis oído hablar nunca de este tipo de construcciones, se trata de un especie de almacén donde antiguamente se guardaban los alimentos de la casa familiar. Este pueblo es famoso por la colección deHórreos que se exhiben en la playa de Combarro. Hay al menos una treintena de ellos. Los Hórreos se han convertido en el símbolo que identifica esta localidad. Pero no solo por estas despensas vale la pena acercarte a esta población pontevedresa. También los cruceiros desperdigados por el entrañable casco antiguo y el delicioso paseo marítimo harán que te enamores de este pueblo.
Torre de Hércules, La Coruña
Y de un faro a otro. Según cuenta la leyenda, Hércules llegó a España en busca del gigante Gerión, con el fin de liberar estas tierras de su abusivo poder. El enfrentamiento que protagonizaron se prolongó durante 3 días con sus noches. Hércules venció al gigante y le cortó la cabeza, enterrándola junto al mar. En ese lugar, y como conmemoración de su victoria, se construyó el faro de Hércules. Especulaciones a parte, esta torre tiene el privilegio de ser el faro romano más antiguo que sigue aún en funcionamiento de todo el mundo. No te quedes sin verlo.
Faro de Finisterre, La Coruña
Los más puristas cuentan que este es el auténtico final del camino de Santiago donde los peregrinos deben quemar la ropa que llevan y dar por terminado su trayecto. Antaño este cabo era considerado como el fin de la tierra. La belleza del cabo confiere cierta solemnidad al lugar. Se respira cierta esencia de sagrado. De hecho, un cruceiro corona la última roca que desemboca al mar. (Apunte: entorno a los cruceiros se solían reunir lasmeigas). Pisa este faro y estarás en un lugar mágico.
Islas Cíes, Pontevedra
Las Islas Cíes son el paraíso natural que más se acerca a la visión del Caribe que te puedes encontrar en España. Sus playas de arena clara y agua turquesa se convierten en el lugar perfecto para perderse en el tiempo y en el espacio. No por nada este archipiélago se llamaba en la época de los romanos las
Islas de los Dioses. Este edén es ahora parque nacional y está protegido de cualquier elemento que interfiera en la conservación de su ecosistema. Debe ser por esto que la visita a las tres islas de las Cíes está limitada a los meses de verano y semana santa. Los ferris salen desde
Vigo, Baiona o Cangas.
Kenia, Africa.
Virginia, EEUU.
La muralla china.
Salto del Ángel de Venezuela.
Brave – Escocia, Reino Unido.
Jordania
Islandia.
Castillo de Neuschwanstein en Baviera, Alemania.
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